Travesía en barco por las 'backwaters'

Vista de los backwaters desde el ferri
Hoy dejo mi paraíso en la isla Munroe. Me he sentido muy a gusto rodeado de un paisaje natural poco explorado por los turistas. Sin embargo, tengo solamente una semana en el estado de Kerala, por lo tanto puedo pasar sólo un día en cada lugar que elegí visitar. El plan para hoy es tomar el ferri y cruzar los ríos, canales y lagos de las backwaters para llegar a Alappuzha. El tiempo de la travesía será de ocho horas.

Después de ver el amanecer desde la isla en la que me alojaba, crucé el río con el barquero que luego me llevó en su moto a la estación de tren. El barquero es un hombre delgado, de estatura mediana y de unos cincuenta años de edad. Su educación y humildad totalmente encantadora me impresionaron al igual que me dieron un poquito de pena. Viajando por la India he aprendido que es una señal de sumisión hacia los más poderosos, común entre las personas que pasan toda su vida a su servicio. Al ver una persona occidental casi siempre emplean los títulos “sir” y “madam”, típicos en las relaciones entre maestro y servidor.

Tras llegar a la estación saqué un billete y se lo di. Me dijo algo en Malayalam, pero, por desgracia, no hablo su idioma. Me supo mal que en este país, y sobre todo en el sur, no puedo comunicarme con los más humildes. Siendo un extranjero con conocimientos muy básicos de uno de los idiomas de este país automáticamente estoy más conectado con la élite que habla inglés con fluidez. Como he podido comprobar varias veces, en la India el nivel de inglés a menudo indica cuál es la clase social de la persona.

Un día en los canales

Vista de las backwaters desde el ferri
El ferri de Kollam sale a las diez y media hacia el norte, a Alappuzha. Primero cruzamos un lago y pronto vemos varios barcos-casas o casa flotantes, muy populares en las backwaters de Kerala. Turistas indios y extranjeros los alquilan para ver la región desde su patio trasero.

Pasamos delante de varios pueblos humildes que parecen de campesinos locales. En una terminal de ferris hay un barco local tan abarrotado de gente que me extraña cómo se mantiene a flote. La gente nos mira con curiosidad. Hay algunas sonrisas, alguien nos graba con teléfono, mientras que otros nos saludan con la mano. El barco no tiene techo para proteger a la multitud del intenso calor. En cambio, en nuestro ferri hay mucho espacio vacío y un techo que nos permite disfrutar del paisaje sin abrasarnos.

Pagué cuatrocientas rupias por el pasaje: una cantidad que la mayoría de las personas en el barco local a lo mejor gasta en una semana en comida para toda la familia. Pensando en este gran contraste entre los dos barcos, miro a mi alrededor: aquí, salvo un hombre de Calcuta y una pareja mayor, el resto son turistas blancos y occidentales. Parece que somos el primer mundo desfilando su privilegio y opulencia delante de la precariedad local.

El puente del ashram de Amritapuri
Las verdes orillas de las backwaters están repletas de palmeras cocoteras y pequeños arbustos. La mayor parte de la travesía transcurre paralelamente al mar y a veces lo puedo vislumbrar a lo lejos gracias a un canal de salida. El agua debe estar bastante salada, ya que abundan las medusas. En las orillas de los lagos y ríos más anchos se ven muchas redes chinas: unos muelles con una trampa que consiste en cuatro brazos que aguantan una red y unas luces en el medio de la trampa que deben servir para atraer los peces durante la noche. El conjunto de la trampa se puede bajar, dejando la red en el agua, y luego subir. Por desgracia, los peces no están a salvo en Kerala, ya que son considerados uno de los alimentos favoritos del estado.

Más o menos en el medio de la travesía nos cruzamos con otro barco turístico, que hace la travesía de en dirección contraria: Alappuzha a Kollam. Nos encontramos en un lago bastante largo y durante la próxima media hora nos sigue un nutrido grupo de pequeños pájaros. Vuelan detrás del barco, aceleran, hacen un círculo y vuelven. El espectáculo dura hasta que el ferri llega a un canal más estrecho. Me imagino que los pájaros confundieron el ferri con un barco pesquero o tal vez simplemente buscaban llamar la atención de los pasajeros.

Vista de las backwaters desde el ferri
En lo que queda de la travesía nos cruzamos con cada vez más barcos-casa, y en la mayoría de ellos sólo veo a una, dos o tres personas. Aparte de los turistas está también la tripulación: el capitán, el personal de limpieza y los cocineros. En uno de los barcos veo a una chica joven tumbada en una reposera viendo algo en su teléfono. Atrás se ve la cocina donde hay un hombre mayor sentado en una silla con una expresión de cara de cansancio y aburrimiento. Puede que sea sólo mi interpretación, tal vez el hombre no conoce el concepto de aburrimiento, pero seguramente su cara no desprendía felicidad. Otra vez me acuerdo del barco de transporte local tan lleno de personas que vi hace unas horas. El hombre, seguramente de origen humilde, normalmente viajaría en aquel barco, salvo cuando trabaja para alguien adinerado que alquila el barco-casa. Siendo cocinero debe pasar las horas mirando los canales sentado en la pequeña cocina en la parte trasera del barco.

A las seis finalmente llegamos a Alappuzha. La travesía me ha aportado mucho más que vistas bonitas. Me ha hecho reflexionar sobre cuestiones políticas que considero importantes, como la igualdad (o más bien su falta) y el privilegio injusto del que gozo aquí como viajero europeo. Posiblemente la única manera de minimizar el impacto negativo del turismo en el mundo pasa por reconocer ese privilegio y viajar con conciencia y humildad. Hoy ha sido un día muy educativo pero aún me queda mucho por aprender.

Más fotos de la travesía:

Las verdes orillas de los canales y ríos de las backwaters

Las vistas desde el ferri a Alappuzha

Un barco-casa o casa flotante típico en los canales y ríos de Kerala

Más casas flotantes típicas de Kerala

Una iglesia en la orilla de uno de los ríos, ya cerca de Alappuzha

Comentarios

  1. "It has made me reflect on political issues that I consider important, such as equality (or rather lack thereof) and the unfair privilege that I enjoy here as a European traveler. Possibly the only way to minimize the negative impact of tourism in the world is to recognize that privilege and travel with conscience and humility." I think about this all the time, but I don't think I've ever been able to articulate it so well. Thank you for expressing this ambiguity so clearly.

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