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Un camello utilizado para llevar turistas en Pushkar... |
En mi anterior texto escribí sobre el veganismo en la India, intentando explicar por qué no es un país fácil para viajeros veganos. En este texto agregaré más argumentos. A muchos de los que hemos apostado por este estilo de vida y estos valores nos afecta ver el sufrimiento de los animales (humanos también, por supuesto). En la India ese sufrimiento está bien a la vista, lo cual fácilmente chocará a un vegano occidental, no acostumbrado a ver esa realidad tan bien ocultada detrás de los muros de granjas, mataderos y "refugios" para gatos y perros en su país de origen. Voy a empezar por el animal más venerado por los hindúes, la mayoría de la población del país: la vaca.
La industria láctea en la India
Viajando por Rajastán y Gujarat descubrí que existen cooperativas, como la gigantesca Amul, que recolectan la leche de los granjeros y luego la venden o la procesan para producir quesos y otros derivados. Hace unos días leí en el periódico 'The Goan' que hasta treinta y nueve por ciento de la leche incluida en una investigación de calidad (National Milk Safety and Quality Survey 2018) no cumplía con las normas y hasta 9,9 por ciento de las muestras fueron consideradas inseguras y no aptas para consumo. No soy un experto en calidad de productos alimentarios pero me pareció un porcentaje muy alto, sobre todo en un país que consume productos lácteos con alta asiduidad.
En la sociedad india parece prevalecer la idea de que la producción de leche y sus derivados no implica ningún maltrato. A pesar de esa creencia, me cuesta imaginar que para abastecer de leche a una población de más de 1,2 mil millones de personas es suficiente recolectar leche de granjeros esparcidos por los pueblos. Me temo que la realidad es diferente: que aquí también empieza a instalarse una
industria parecida a la occidental. Pero es un tema que aún me queda por investigar
y seguramente tendré muchas preguntas a los veganos y activistas de derechos de
animales en la India.
Animales callejeros
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Un perrito que encontré en Hampi :-( |
La vida de los animales callejeros en grandes ciudades que he
visitado, como Delhi, Jaipur, Benarés o Amritsar, es una absoluta miseria. Las calles están llenas de perros famélicos y perras con inflamación mamaria por estar expuestas a gestar y dar a luz a decenas y decenas de camadas de cachorros. Su vida depende de la misericordia de los humanos y de la
posibilidad de encontrar restos de comida entre la abundante basura. Tampoco
las vacas se salvan de la penuria: en las ciudades la mayoría de ellas se
alimenta de la basura, incluido el plástico que acaba por dañar y bloquear sus
intestinos. En el documental indio, The
Plastic Cow, verán el ejemplo de una vaca operada gracias a una ONG, a la
que le sacan más de cincuenta kilos de plástico de los intestinos…
Entre
los humanos hay ejemplos de compasión y otros de crueldad y desprecio,
sobre todo hacia los perros. He visto tanto a perros durmiendo dentro de
autorikshaws con el permiso de los dueños y perros siendo alimentados por
personal de dhabas (bares con comida), como otros perros siendo pateados por
personas en la calle. Lo mismo no pasa con vacas, que son mucho más respetadas.
El destino de las aves y cabras en Old Delhi y Ajmer mencionado en mi texto anterior es otra cosa,
sobre todo en el caso de las gallinas y pollos, degollados en plena luz del día delante de los transeúntes.
Atracciones con camellos, caballos y elefantes
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Elefantes en un pueblo cercano a Jaipur (Rajastán) |
En Rajastán y Gujarat he visto camellos que pasan su vida como atracción turística en
ferias y lugares concurridos por turistas, como también caballos y bueyes tirando de carros en
el medio de una ciudad tan ruidosa y estresante como Delhi. Durante un viaje al desierto blanco de Rann of Kutch (Gujarat) vi un grupo de turistas montando unos camellos, uno de los cuales expresaba su disconformidad a gritos. El pobre animal finalmente sucumbió a las presiones de los humanos. Se levantó con dos hombres adultos encima y cuando empezó a caminar vi que tenía las articulaciones de las patas en bastante mal estado. Su andar era extraño y se notaba que le pesaban mucho los dos turistas. Su evidente dolor fue ignorado por los humanos que sólo pensaron en su diversión (unos) y en el dinero (los otros)...
En Ajmer (Rajastán) hay
camellos en el camino hacia una colina con las ruinas del fuerte Targarh y su
única función es estar todo el día parados para que los turistas se saquen
fotos montados en su joroba con las vistas de la ciudad detrás. En el cercano pueblo de Pushkar cada año se celebra la famosa ‘Feria del camello’, en la
que se compran y venden cientos de camellos y caballos, expuestos como
mercancías en el calor del desierto. En la capital de la región, Jaipur, un conductor de autorikshaw me llevó a un sitio que me
presentó como "Elephant Village", y lo que vi me rompió el corazón: tres
elefantes adultos con las patas encadenadas al suelo de asfalto en un parking privado. Esos magníficos animales
no podían moverse de su sitio y sólo cambiaban la pata de apoyo con la mirada
ausente, clavada en la tierra y el espíritu roto... Parece que en el norte de la India esto es lo
que queda de los miles de elefantes libres que anteriormente habitaban todo el
subcontinente.
Animales en estado libre
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Un leopardo de las nieves - pintada en Leh (Ladakh) |
¿Y
qué pasa con los animales “libres”? No voy a utilizar el término “salvaje”, que
describe mejor a los humanos que esclavizan a otros animales. Muchos de los grandes
mamíferos, sobre todo los depredadores, están clasificados como “en
peligro de extinción” o “vulnerables” en la India, sobre todo por culpa de la
creciente demanda de tierra para cultivos y construcción. Los tigres, leopardos
u osos son vistos como un peligro para el ganado y para los mismos humanos, por
lo tanto en las zonas donde entran en contacto con la especie humana, existe un
conflicto que sólo puede tener un vencedor. El gobierno del país está
intentando frenar la caza furtiva y las matanzas de tigres, leopardos y leones
asiáticos (sólo sobreviven pocos en un parque natural en Gujarat) ofreciendo
una recompensa por cada vaca u otro animal domesticado cazado por el depredador. De esa manera se
está intentando evitar que los ganaderos tomen represalias contra los felinos por su cuenta. Sin embargo, la situación es diferente si la víctima
es humana: a menudo la presión de la comunidad local acaba forzando una
persecución y matanza del perpetrador.
Resumiendo,
en la India el sufrimiento de los animales no humanos está bien a la vista y
eso afectaría sobre todo al vegano occidental, habituado a vivir en la burbuja del engaño. De todas maneras, quiero alejarme de la crítica
fácil desde una posición privilegiada de la que disfruto aquí como viajero
occidental. He conocido a muchos turistas extremadamente críticos con el trato
que reciben los animales no humanos en la India. Sin embargo, luego resultaba
que la mayoría de ellos y ellas comía carne... Esa
contradicción me hizo cuestionar si realmente los animales no humanos viven peor aquí que en Europa, donde he vivido toda mi vida. He
llegado a la conclusión de que no es así, ya que en Europa su sufrimiento ha
sido invisibilizado por las industrias desde que podemos recordar. Mientras en
las ciudades indias los perros y gatos malviven, en Polonia, Ucrania o Rusia
son asesinados masivamente para “limpiar” las ciudades para una Eurocopa o
Mundial de fútbol. Es verdad que en la India las vacas y cerdos viven en
ciudades sobrepobladas y contaminadas comiendo restos de la basura, pero en
Europa sus cortas vidas llenas de dolor se ocultan detrás de los muros de mataderos.
Quizás se van a sorprender, pero prefiero tener esa miseria delante
y mantener la conexión con la realidad en vez de vivir engañado. Creo que
lo importante es que podamos verla para entender la magnitud del daño que causamos a los otros animales, y a partir de ahí las
posibilidades de un cambio positivo aumentan. En Europa la invisibilización del
sufrimiento ha logrado que seamos insensibles o ignorantes: no nos damos cuenta
de la inmensidad de la tragedia. En la India, al menos, no viven en el
“matrix”...
Más fotos a continuación:
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Un camello tirando de un carro con turistas en el desierto blanco de Kutch |
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Un torito en la playa de Palolem (Goa), disfrutando del sol a las siete de la mañana. |
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Una vaca dentro de un restaurante en Palolem (Goa) :-) |
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Una familia de macacos en un templo de Hampi |
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Vacas y cerdos comiendo restos de la basura en Ajmer (Rajastán) |
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Uno de los tres elefantes encadenados en Jaipur (Rajastán) :-( |
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El elefante del templo Sri Virupaksha en Hampi sirve de atracción para turistas y peregrinos |
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Un toro buscando comida entre la basura en Palolem (Goa) |
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