Vida nocturna, modernidad y tradición en Mumbai

No es Londres, es Bombay :)
Empecé con mal pie mi primera visita a Mumbai en diciembre por culpa de un hostal que dejaba mucho que desear. El edificio no tenía ningún espacio común y los baños eran muy pequeños e incómodos. En cada habitación había unas catorce camas, por lo cual había bastante menos intimidad y más ruido que en otros sitios que había visitado. Después de estar enfermo durante casi dos semanas me apetecía estar en un lugar más cómodo y tranquilo, por lo cual reservé un sitio en un hostal más caro para la noche siguiente.

El hostal se encuentra en una estrecha y larga calle de West Bandra, abundante en pequeño comercio de todo tipo. El precio es el doble de lo que pagué en el hostal anterior, y parece que ya es bastante prohibitivo para muchos viajeros indios. Aquí, a diferencia del otro hostal, la gran mayoría de huéspedes son extranjeros, sobre todo ingleses, estadounidenses y canadienses. El hostal es muy limpio y cómodo. Mientras escribo en el comedor con mi portátil escucho a unas chicas inglesas hablar de moda e influencers en Instagram. Luego dos chicas quebequenses de veinte años me cuentan sus viajes: ya han estado en más lugares que yo a su corta edad. Hay un DJ, también de Inglaterra, que nos invita a salir a un local donde pinchará música electrónica esta noche. Al final salgo con un grupo de veinte personas hacia el lugar.

Vista del paseo marítimo Marine Drive en el sur de Mumbai
Fuera del club ya se escucha el ritmo típico de la música house. En la entrada me doy cuenta de que somos sin duda el grupo más informalmente vestido y yo tal vez soy uno de los pocos en pantalón corto y sandalias. Los jóvenes a nuestro alrededor llevan lo mismo que en cualquier otro local caro en Barcelona, Londres o París: jeans, faldas, camisetas, camisas y de vez en cuando alguna prenda más extravagante. La planta baja es un bar, mientras que la planta de arriba tiene una barra y una pista de baile. Durante la hora que paso en el club, la música que suena es house. Como la ropa y la decoración del club, la música también entra en la categoría de la modernidad globalizada, alejada del ‘folklore’ local. Por un lado es algo que me entristece, pero me doy cuenta de que no es justo esperar que algunas culturas se mantengan fieles a la tradición mientras otras cambian constantemente.

Existe un imaginario eurocéntrico que exotiza la India y su población, sólo teniendo en cuenta la India tradicional e ignorando la moderna y globalizada. Sin entrar en valoraciones de la globalización, ese es un pensamiento fuertemente arraigado en el colonialismo y lo que Edward Said llama ‘orientalismo’: un conjunto de imágenes exotizadas del oriente como un lugar de pasiones, supersticiones y excesos, y un orden social tradicional. Me hace recordar unas palabras de Martín Caparrós sobre los descendientes de un pueblo indígena en Argentina:

Siempre me sorprende esta exigencia de que los indios [indígenas americanos] persistan en todo lo que fueron, que se dediquen a la conservación. Siempre me sorprende que parezca de buen sentido progre humanitario conseguir que conserven: los indios sólo son lo que deben ser si son como eran – y los que se lo exigen suelen ser los que están, supuestamente, por el cambio.

Todos nos mezclamos; por suerte, todos nos mezclamos. Nuestras costumbres cambian, nuestras vidas. ¿Por qué eso que en los demás se llama cambio – cuando no progreso – en los indios parece ser desastre?

Un partido de cricket en un parque en Colaba
De todas maneras, Mumbai ofrece una interesante mezcla de tradiciones y modernidad, lo local y lo globalizado. Delante de mi moderno hostal en West Bandra pasan dos parejas musulmanas: los hombres barbudos con su kurta y gorra de color blanco, y las mujeres de negro, con el pelo cubierto por un velo. Detrás de un hombre que tira de un carrito con mercancías se impacienta un conductor de un coche cuatro por cuatro: el carro poco debe haber cambiado en siglos y el coche parece recién salido de la fábrica. En las calles de Bandra me cruzo con mujeres hindúes vestidas en saris, con el simbólico punto bindi en la frente, mientras que otras apuestan por pantalones, camiseta y gafas del sol. En Mumbai la gran cantidad de templos rivaliza con el creciente número de rascacielos y los antiguos bazares se disputan el negocio con los centros comerciales. Los contrastes que tanto caracterizan la India, son aún más agudos en esta impresionante megalópolis.

Mientras reflexiono sobre la globalización y las tradiciones, llega la hora de marcharme del hostal para tomar el autobús a Udaipur. Salir de Mumbai es un reto monumental por dos razones. Tal vez seamos una minoría los que sucumbimos al encanto de la ciudad, pero no resulta fácil dejarla atrás, sobre todo si uno siente que no volverá pronto. Salir resulta doloroso también por otro motivo: dura una eternidad. Lo había hecho en autobús dos veces y en ambos casos el autobús tardó unas dos horas en llegar a los bordes de la ciudad. Cada tarde los atascos inmovilizan la gran flota de coches y ponen a prueba la paciencia de los conductores, los pasajeros y todos los habitantes de Mumbai. Por suerte, después de la prueba llega la recompensa: la autopista recta y ancha.

Más fotos de Mumbai:

El horizonte urbano de Mumbai visto desde Marine Drive

La puesta del sol desde Marine Drive

El cielo tras el atardecer visto desde Marine Drive

El cielo tras el atardecer visto desde Marine Drive

Comentarios

  1. I like your reflections on modernity and how we visitors so often travel in search of the traditional. It's true, people want modernity, but what also strikes me so often in places we visit is that people want both modern things like cell phones, motor scooters, the internet, pop music, jeans and pizza; yet they also care for their families' traditions, their religion and their culture.

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  2. Yes, modernity does not always replace the traditions but often coexists with them, as we can see in India. I like observing such contrasts in an atmosphere of harmony. Also, my main point was that we shouldn't expect others to persist in their traditional way of life when the whole world is moving on and creating new cultural fusion. Purity doesn't exist when it comes to culture, I think intending to preserve purity is counterproductive for any society as it takes away many advantages of the mixing of traditions.

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