El cine de la Partición de la India
La frontera de la India y Pakistán en Wagah y las gradas del anfiteatro |
Desde hace años me fascina aquel oscuro episodio de la
historia. He visto documentales y películas de ficción, y he leído varios
títulos relacionados con la Partición. Lo que comparto aquí no es una selección
de los mejores títulos, sino simplemente todo lo que he visto hasta ahora.
Algunos autores y directores tratan el tema desde la perspectiva de los hindúes
y sijs que huyen de las partes del Punjab con mayoría musulmana. Otros, como Train
to Pakistan, representan el drama de los musulmanes expulsados de sus casas
ancestrales en el norte de la India. Pocas de las historias ambientadas durante
la Partición tienen final feliz y la gran mayoría impacta con la magnitud de
aquella tragedia. Empecemos por el cine:
1947 Earth
Es una película del 1998 basada en una novela de Bapsi
Sidhwa llamada Cracking India o en la India Ice Candy Man. Ambientada
en la gran capital del Punjab, Lahore, en los prolegómenos de la Partición, la
historia se centra en el triángulo amoroso entre una joven hindú, Shanta, y sus dos
admiradores, Dil Navaz y Hassan, ambos musulmanes. La narradora es una
niña de una rica familia parsi llamada Lenny. Shanta es la criada en la
casa de Lenny y con frecuencia la lleva a los encuentros con su grupo de
amigos, al que pertenecen Dil Navaz, Hassan y otros sijs, musulmanes y hindúes.
Mientras tanto en la ciudad crece el odio y la desconfianza entre las comunidades y esa atmósfera empieza a afectar la amistad del grupo. Pronto la magnífica
ciudad de Lahore se convertirá en un infierno. Los amigos se volverán enemigos
y el amor y la amistad cederán ante el odio. El triste mensaje de la directora
Deepa Mehta parece ser que la rabia, tan absurda y destructiva, y la sed de
venganza pueden con todo, incluso con el amor.
Tamas
El título del filme significa “oscuridad”, una palabra que
define muy bien las limpiezas étnicas que ocurrieron antes y después de la
Partición. Tamas dura casi 300 minutos pero no me aburrió ni siquiera
durante un segundo. La trama empieza cuando Nathu, un hombre hindú de la casta más baja en un pueblo de mayoría musulmana recibe el repugnante encargo de matar a un cerdo,
cuyos restos acaban lanzados contra una mezquita local. Ese suceso desata la
furia de los musulmanes contra las demás comunidades. Los otros
protagonistas, predominantemente hindúes y sijs y miembros del partido
pro-indio Congress, se ven atrapados en una historia cuyo final sólo puede ser
una violenta y trágica división de su país. La película muestra las brutales
limpiezas étnicas en los pueblos del Punjab. En el Punjab occidental los
musulmanes exterminaban a los hindúes y sijs, mientras que en la parte oriental
era al revés. La oscuridad se apoderó de los corazones de la gente corriente,
que salió a la calle con sed de venganza y sangre.
Train to Pakistan
Basada en una novela homónima del gran escritor indio
Khushwant Singh, la película cuenta una historia ficticia en un pueblo
inventado por el autor: Mano Majra. En esa pequeña localidad del Punjab la
población es mayoritariamente sij, pero los musulmanes constituyen una
importante minoría. Los primeros suelen ser los terratenientes, mientras que sus
vecinos musulmanes son los campesinos que labran la tierra. Iqbal Singh, un
trabajador social enviado por el partido comunista desde Delhi, llega al pueblo
para agitar a la población a favor de la unidad de la clase trabajadora y
contra los prejuicios religiosos. Mientras tanto, un delincuente local, Juggut
Singh se enamora de la hija del mulá local, pero acaba en la cárcel
acusado de un asesinato que no cometió.
Pronto la armonía entre las comunidades y la rutina del pueblo
soñoliento se verán interrumpidas por la llegada de unos trenes que durante la
Partición dejaron de cruzar el pueblo en su trayecto de Delhi a Lahore. Al inicio los trenes causan sorpresa entre los habitantes de Mano Majra pero su sorpresa se convierte en indignación y rabia cuando descubren el macabro contenido de los vagones.
La
llegada del ejército indio enturbia todavía más la atmósfera. La convivencia
entre las dos comunidades que habían vivido juntas durante siglos se vuelve
insoportable. Iqbal y Juggut representan dos actitudes opuestas ante la amenaza
de las limpiezas étnicas y toman dos caminos distintos que acaban siendo
determinantes. La película, igual que la novela, constituye un impresionante
estudio de la condición humana en circunstancias de conflicto. Difícilmente
podrán ver o leer Train to Pakistan sin sentir tristeza y asombro por la
tragedia de los exiliados y el odio y violencia que se acaban imponiendo en
Mano Majra.
Hey Ram
Esta producción del año 2000 cuenta la historia de un personaje ficticio, Saket Ram, que pierde a su esposa en los disturbios de
Calcuta en los prolegómenos de la Partición. Apenado, Ram mata a los asesinos y
violadores de su esposa. Pronto conoce a un grupo fundamentalista hindú que
culpa a Mahatma Gandhi de la división del país y de haber sido demasiado
permisivo y conciliador con los musulmanes. En su dolor y odio Ram se vuelve
cada vez más fanático y acaba siendo elegido por el grupo para ejecutar el
asesinato del Mahatma. La historia llega a su punto de inflexión cuando
Ram se cruza con su antiguo amigo, Amjad Ali Khan, un musulmán. Su encuentro
fortuito en las calles de la antigua ciudad de Delhi, asediada por grupos armados de hindúes
fanáticos, devuelve a Ram su lado más humano. Hey Ram cuenta una
historia de odio, arrepentimiento y reconciliación, con Mahatma Gandhi como la
gran figura: primero como el objetivo del odio del protagonista y después como
objeto de su infinita admiración.
Khamosh Pani
Esta coproducción indo-pakistaní es quizás la película más
oscura de las cinco que he visto. En Charkhi, un pequeño pueblo de la parte
pakistaní del Punjab en 1979 el contexto político empieza a afectar la
convivencia. Tras el ahorcamiento del anterior primer ministro Zulfikar Ali
Bhutto, el nuevo líder Zia-ul-Haq promete imponer la ley islámica en el país.
Los acontecimientos crean una profunda brecha entre los habitantes de Charkhi.
Los más veteranos ven con preocupación el fundamentalismo de los nuevos
gobernantes, mientras que los jóvenes se radicalizan por culpa de unos jihadistas
que buscan refuerzos para la guerra en Afganistán contra los soviéticos. El
joven Saleem se suma a los islamistas, lo cual causa un enfrentamiento con su
madre Ayesha.
La llegada de un nutrido grupo de peregrinos sijs, que pudieron visitar los lugares sagrados de su religión en Pakistán por primera vez desde la Partición, divide aún
más a los habitantes de Charkhi. Uno de los peregrinos recorre el pueblo en búsqueda de
su hermana, perdida durante los disturbios en 1947 cuando rechazó saltar a un pozo con
las demás mujeres para evitar la violación y huyó de su familia. La visita del
peregrino cambiará el destino de Saleem y sobre todo el de Ayesha. La película
de Sabiha Sumar se muestra muy crítica con el fundamentalismo islámico y al
mismo tiempo revela la gravedad del daño que causó la Partición en ambos
lados de la frontera. Khamosh Pani significa “agua silenciosa”, y
es justamente en silencio que los protagonistas aguantan el trauma del
fatídico 1947 que parece insuperable para sus supervivientes.
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