El día entre ruinas en el sur de Delhi y fuego en los pulmones

Era mayo - el mes más caluroso del año en la India. Cualquier lugar que no fuera la montaña se volvía insoportable y en Delhi la temperatura rondaba los 40 grados cada día de mi estancia. Un día salí de mi hostal temprano para evitar el calor y me dirigí hacia unos lugares históricos que he había marcado en el mapa de Delhi. La mayoría de ellos se hallaban en el vecindario de Saket, Malviya Nagar y Hauz Khaz: tres barrios adyacentes en el sur de Delhi. Primero quería ver Khirki Masjid: la antigua mezquita de las ventanas de la época del Sultanato de Delhi (1206 – 1526) - el primer estado musulmán en la historia del subcontinente indio. No me resultó fácil encontrar el destino sin Google Maps, ya que la mezquita no se ve desde la carretera y sólo mirando entre los edificios modernos pude vislumbrar un minarete y una pared de color marrón oscuro.

Actualmente Khirki Masjid se encuentra rodeada de edificios residenciales de la misma altura o ligeramente superiores. Este templo construido en el siglo XIV tiene forma rectangular con cuatro puertas principales en cada lado. Las entradas están adornadas con dos pequeños minaretes, mientras que en cada esquina se alza una torre con tres ventanas. El techo está adornado con múltiples cúpulas, muchas ya colapsadas del peso del tiempo y el olvido. El conjunto está construido en una fusión de los estilos islámico e hindú, muy alejado de la sofisticación del Imperio de los Grandes Mogoles que tomó el relevo del Sultanato de Delhi en el siglo XVI. Hoy la mezquita de las ventanas presenta un triste aspecto de un monumento abandonado e infravalorado. Las cúpulas se han convertido en el refugio de cientos de murciélagos que disfrutan de las densas sombras del templo. Las decrépitas paredes ya no escuchan rezos y plegarias y sólo los pasos de algún apasionado de la historia como yo interrumpen de vez en cuando su silencio sepulcral.

Salí de mi cita con la historia hacia otro gran templo de la misma época, la mezquita de Begumpur. Begumpur era un pueblo dentro de la cuarta capital de Delhi, Jahanpanah, con una fortaleza erigida para proteger la ciudad de la gran amenaza de aquel tiempo en Asia y Europa: los mongoles, que un día salieron a caballo de sus estepas en el centro de Asia para sembrar el caos, el miedo y la destrucción, llegando a conquistar más terreno que cualquier otro imperio en la historia. Hoy no queda casi nada de aquella ciudad, salvo algunas ruinas esparcidas entre los barrios modernos. La mezquita de Begumpur es mucho más grande que Khirki Masjid. El plano es un rectángulo de grandes dimensiones de 90 por 94 metros. A diferencia de la mezquita de las ventanas, ningún techo cubre la gran plaza de Begumpuri Masjid, aunque la mezquita presume de sesenta y cuatro cúpulas que cubren su pasillo exterior. Al pasar por el portal principal, uno entra en aquel gigantesco patio que seguramente pudo dar cabida a cientos de fieles en el pasado. Mirando el patio abandonado lo imaginé lleno de hombres vestidos de blanco rezando arrodillados. Al igual que en la mezquita de las ventanas era el único visitante en uno de los monumentos más antiguos y espectaculares de Delhi.

Pronto la temperatura alcanzó su cénit de unos 42 grados y sentí que el aire caliente quemaba mi piel. Empecé a caminar hacia las ruinas de un palacio de Jahanpanah, el Bijay Mandal, del cual queda un edificio redondo con una cúpula y otro que supuestamente servía como plataforma para observar los movimientos de las tropas del sultán. Hacia el norte se encuentra una muralla con unas puertas arqueadas, y un cementerio con un pequeño dargah: un santuario sufí. Dos personas estaban entre las tumbas: Un hombre mayor descansaba sentado en la sombra de un pequeño árbol mientras que otro decoraba alguno de los sepulcros.

El sur de Delhi es un lugar extraño. Las ruinas de los grandes imperios que se han instalado aquí persisten pero han sido olvidadas y devoradas por la creciente modernidad. Si no fuera por la lectura de City of Djinns del gran William Dalrymple, probablemente nunca sabría que tanta historia se esconde en medio de simples barrios residenciales. El siglo XXI logró acorralarlas pero no ha conseguido borrarlas del mapa. Esa coexistencia de la fantástica historia de la ciudad con la modernidad y el caos actuales hacen que Delhi sea un lugar único en el mundo. Las fuerzas del pasado y el presente no sólo coexisten sino también compiten por el privilegio de definir el futuro a su manera. Puede que el caos, la contaminación y la sobrepoblación acaben destruyendo los vestigios del pasado imperial, aunque algo me dice que aquellos solitarios y majestuosos edificios pueden resultar más duraderos y sólidos que nuestra frágil modernidad.

A menos que tengan que resistir a la furia de los emperadores actuales de la India - los nacionalistas indios de la Bharatiya Janata Party (BJP) que hacen todo lo posible para borrar cualquier rastro de la gran contribución musulmana a la historia e identidad de los pueblos que habitan el subcontinente. Sólo los monumentos más famosos como el Taj Mahal o la tumba de Humayun gozan de inmunidad, mientras que el resto está seriamente amenazado por la política del gobierno indio. Monumentos de gran valor histórico se caen a pedazos por culpa de la negligencia intencionada de las autoridades. El odio sectario y la ignorancia son hoy el peligro más significante para Khirki Masjid, Begumpuri Masjid, Bijay Mandal y miles de otros edificios históricos esparcidos por toda la India. Si fueran antiguos templos hinduistas, me cuesta imaginarlos tan abandonados a su suerte.

Me llegó a la mente la imagen de las gigantescas estatuas de Buda detonadas por los talibanes en Afganistán. El gobierno indio no hará detonar las mezquitas y los mausoleos sufís pero puede dejar que caigan en el olvido convirtiéndose en ruinas decrépitas. Las estatuas de Buda fueron ejecutadas, mientras que las mezquitas Begumpuri y Khirki mueren lentamente. Sería muy triste que esos increíbles monumentos que han sobrevivido las épocas de esplendor y decadencia de dos grandes imperios indios, la colonización británica y la rápida modernización de la India postcolonial desaparezcan por culpa del fanatismo de las autoridades y una parte de la sociedad.

Respirar fuego en Delhi

La experiencia de la India no sería nunca completa sin pasar un verano aquí. La gran ola de calor azota todo el país, con muy pocas excepciones tales como Ladakh, refugiado en una altura considerable y quizás algunos lugares más en el Himalaya. Sin embargo, la vida de la gente parece cambiar poco aunque los termómetros muestren cuarenta y cinco grados. Las actividades humanas posiblemente se ven ligeramente afectadas, sobre todo las que se desarrollan en el exterior, sin embargo no paran del todo. El metro sigue lleno de trabajadores cada mañana y los puestitos de comida callejera y jugos de fruta abren como siempre. En el interior de cada negocio pequeño suele haber algún ventilador y las oficinas disponen de aire acondicionado para aliviar el sufrimiento de sus empleados. Todas las personas en la calle llevan manga larga y pantalón largo o un sari con un dupatta (velo) en el caso de muchas mujeres. A diferencia de Europa, por lo general en Asia la gente se protege de los rayos del sol cubriendo todo el cuerpo.

Al principio de junio la temperatura en Delhi llegó a los cuarenta y seis grados. Cruzar cien metros expuesto al sol a las dos de la tarde es un serio desafío en estas condiciones. El cuerpo se niega a colaborar con el cerebro que lo obliga a hacer esfuerzos sobrehumanos, mientras que lo aconsejable sería descansar y no salir de casa durante el día. Respirar el aire tan caliente convierte los pulmones en un infierno. Me los imaginé como globos de aire caliente despegando de la tierra alentados por las llamas de propano quemado. Por suerte la baja humedad en Delhi hace el verano quizás algo más llevadero que en Calcuta u otras partes del país. En la capital de Bengala Occidental unas semanas antes sudaba mientras me duchaba con agua fría. En Delhi en cambio, la sensación era muy diferente. El aire seco del noroeste de la India parece quemar la piel.

El calor era una señal de que ya era hora de volver a Europa y retomar mi vida en Barcelona. Viajar por la India dejó de ser agradable. El norte era un infierno seco, el sur un infierno tropical y encima se acercaba la temporada de los monzones, que iba a empapar el país enterno con lluvias tropicales. Las carreteras en la montaña se volverían peligrosas y a veces hasta intransitables. Quería aprovechar que aún quedaban unas semanas antes del inicio de las lluvias torrenciales y pronto me escapé al norte - a la vecina región de Uttarakhand.

Descripción de las fotos arriba:

1) El interior de la mezquita de las ventanas - Khirki Masjid

2) Una de las puertas de la mezquita con sus minaretes

3) La plaza interior de Begumpuri Masjid

4) Begumpuri Masjid 

Más fotos: 

El exterior de Khirki Masjid y el barrio residencial que lo rodea

Los habitantes de la mezquita - los murciélagos :)

Khirki Masjid

Khirki Masjid

Las cúpulas de la mezquita y los edificios residenciales que la rodean

Vista del interior de la mezquita

Las cúpulas de la mezquita y el barrio residencial que la rodea

El interior de Khirki Masjid

Vista de una de las ventanas

El exterior de la mezquita

Una de las puertas de Khirki Masjid

La plaza interior de Begumpuri Masjid

Uno de los portales de Begumpuri Masjid

Begumpuri Masjid

Begumpuri Masjid

El mihrab del interior de Begumpuri Masjid

El interior de Begumpuri Masjid

El interior de Begumpuri Masjid

Los vestigios del Bijay Mandal


Comentarios

Entradas populares de este blog

Język kataloński w teorii i praktyce

Katalończycy tłumaczą: Skąd ten separatyzm?

Podatki Leo Messiego - Kto stoi za oskarżeniem?

Bye Bye Barcelona - Dokument o turystyce masowej w Barcelonie

Diada 2014: V jak "votar". Katalonia chce głosować.

Nerwowa cisza przed burzą: Referendum 1-O w Katalonii

Festa Major de Gràcia - święto Gràcii

Walencja: Wizyta u kuzynów z południa

Dzień hiszpańskości w stolicy Katalonii

Some Indian movies on women's rights