Cachemira (4): El tour por la ciudad vieja
Los cuidadores de la mezquita no nos dejaron olvidar que estamos en un lugar de culto y le llamaron la atención a Chinmai cuando su velo cayó unos centímetros y se veía un poco de su pelo. Creo que nunca lograré entender por qué el pelo femenino ofende tanto a dios y sus creyentes de diferentes religiones. Recordé otra situación en la que Chinmai intentó presentarme la flamante esposa del hijo de los propietarios de la pensión a lo que ella, cubierta de pies a cabeza con un niqab negro, huyó a la cocina. Poco después salió el esposo y se presentó, como en representación de ella. Mi mirada masculina debió ser interpretada como una amenaza. Me pregunté si no sería porque los hombres proyectan su propia personalidad a otros y los juzgan a través del filtro de sus propios valores.
En el tour aún nos quedaba el paseo a pie por la ciudad vieja. Vimos el cementerio más grande de Srinagar que daba la impresión de estar muy descuidado, con tumbas muy sencillas colocadas de una manera caótica, sin ningún orden. No se parecía en nada a los cementerios que había visto en Europa, donde tanta atención prestamos a la memoria de los muertos (demasiada, en mi opinión). Pasamos también por un mausoleo de uno de los reyes de Cachemira, Badshah (Sultán Zain-ul-Abidin), y el mercado principal de la ciudad vieja que consiste en varias calles con tiendas que venden de todo.
Los edificios de Srinagar presentan un aspecto de decadencia. Muchos de los más antiguos podrían ser muy bonitos pero están muy arruinados y los nuevos se construyeron quizás sin ningún criterio estético en mente. El resultado es que el paisaje urbano de Srinagar es un revoltijo de diferentes tipos de edificios sin ninguna coherencia. Supongo que la coherencia y la estética sólo llegarán cuando los habitantes de la ciudad vieja vean satisfechas sus necesidades más básicas como un trabajo y salario dignos. Según Chinmai el desempleo en Cachemira es muy alto y los salarios muy bajos. Hay una escala de prioridades y la estética está lógicamente en el último lugar.
Para finalizar el tour visitamos la fortaleza Hari Parbat en un monte que se encuentra en la ciudad antigua de Srinagar. Las primeras fortificaciones fueron construidas por el emperador Mogol Akbar pero la fortaleza que actualmente corona la montaña fue erigida durante la época afgana del imperio Durrani en 1808. Desde la fortaleza hay una vista panorámica de la ciudad. Para llegar a la cima o al templo hindú que se encuentra a pocos metros, hay que pasar por un puesto militar. La fortaleza y el templo están rodeados por alambres de púa y hay militares armados vigilando la zona. Los miembros del grupo familiar de Mumbai entablaron una conversación con varios militares en un tono muy cordial. Uno de los hombres incluso le estrechó una mano a un soldado y le felicitó por el trabajo que estaba haciendo. Probablemente mis compañeros de excursión tenían una visión poco favorable de las reivindicaciones independentistas de los cachemires.
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